El ser humano lleva participando en guerras, combates y conflictos armados prácticamente desde el propio nacimiento de la especie. Es como si lleváramos dentro ese gen que nos hace luchar por la supremacía de un territorio, de una fuente de riqueza o sencillamente, por controlar a una parte de la población para que nos sirva en nuestro propósito, sea cual sea. Se han llevado a cabo guerras entre naciones, entre diferentes religiones, distintas culturas, y el mayor problema es que después de tanto tiempo, la situación no parece cambiar, y todavía hoy en día siguen dándose muchos conflictos armados en todo el mundo, con consecuencias catastróficas para todos aquellos que los sufren. Y no hablamos solo de los propios soldados o militares profesionales enviados al campo de batalla, sino de los civiles masacrados o desplazados por culpa de unas guerras en las que no tienen absolutamente nada que ver.
Sin embargo, la visión negativa que tenemos hoy por hoy de estos conflictos armados es relativamente reciente, y seguramente se generó con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, cuando el movimiento pacifista se hizo mucho más fuerte y notorio. A pesar de que actualmente la guerra está considerada como una de las peores catástrofes para una nación, es imposible obviar los adelantos que este tipo de conflictos han generado a lo largo de los siglos, y que han servido para avanzar de manera significativa en campos como la medicina, el transporte o la economía. Por ejemplo, el sector de la aeronáutica siempre se ha potenciado en las épocas de guerra, y gracias a ello hoy podemos contar con aeronaves mucho más espectaculares, seguras y avanzadas, no solo para fin bélico, sino también para fines civiles. Nosotros nos vamos a centrar hoy en la aviación militar, en contar el desarrollo y la evolución de este sector, que sin duda ha marcado la manera en la que se vive una guerra en el último siglo.
Historia de la aviación militar
Las primeras referencias a la utilización de aeronaves dentro de un conflicto armado las tenemos a finales del siglo XVIII, cuando varias naciones, entre ellas España y Francia, decidieron comenzar a utilizar globos aeroestáticos para ganar altura y conseguir información sobre las tropas enemigas en determinados emplazamientos. La ventaja de la altura sería decisiva a partir de entonces en cualquier guerra, y una vez se crearon los aviones, las grandes potencias no tardaron en utilizarlos para fines bélicos, especialmente de reconocimiento al principio. Los inicios del siglo XX marcan también una gran evolución en la aviación militar, creándose aviones mucho más sofisticados, tanto para carga como para persecución, que serán determinantes en los dos grandes conflictos globales de la primera mitad de ese siglo, las Guerras Mundiales.
Tipos de aeronaves militares
Existen diferentes tipos de aeronaves militares actualmente, diferenciadas sobre todo por su función dentro del combate y por sus objetivos. Tenemos las aeronaves de reconocimiento, que son pequeñas y muy ligeras, y cuyo cometido es rastrear la presencia del enemigo en una zona determinada. Actualmente, y gracias a las nuevas tecnologías, esto ya se suele llevar a cabo con drones y naves no tripuladas, para evitar posibles bajas humanas. Encontramos también los clásicos aviones de ataque, especialmente ideados para destrozar los objetivos del enemigo, principalmente en tierra, pero tambi8én en mar, si esta variante entra en juego en el combate. Son aviones equipados con un armamento muy potente y pesado. Así mismo, los bombarderos son aviones algo más ligeros que se encargan de lanzar ataques sorpresa con bombas sobre la línea enemiga. Son absolutamente devastadores y pueden declinar la balanza a un lado o a otro con su simple presencia.
Para contrarestrar a los propios bombarderos y aviones de ataque del enemigo, los ejércitos cuentan también con los cazas, aeronaves militares de persecución y defensa cuyo objetivo primordial es rastrear a los aviones del enemigo y derribarlos antes de que puedan provocar daños graves a su propio ejército. Existen también aviones polivalentes, que pueden llevar a cabo funciones tanto de defensa como de ataque, y suelen ser muy útiles en aquellas situaciones donde no hay mucha aviación disponible. Por último, tampoco podemos olvidarnos de las gigantescas aeronaves de transporte, enormes vehículos aéreos que sirven para llevar y recoger soldados en un punto determinado que sería poco accesible de otra forma. Aunque no son aviones, también cabría incluir en toda esta lista a los helicópteros militares, que suelen tener una función polivalente, tanto defensiva como ofensiva, y también de transporte.
La aviación militar en la actualidad
La evolución de la aviación parece haber llegado a su culmen en las últimas décadas gracias sobre todo a las nuevas tecnologías, que permitan perfilar mucho mejor las acciones tanto ofensivas como defensivas de estas aeronaves. Seguramente el mayor avance haya sido el perfeccionamiento de los drones y las naves no tripuladas, que pueden ser dirigidas desde cualquier parte del mundo y atacar objetivos selectivos sin producir bajas para el bando propio. Estos drones también son perfectos como forma de reconocimiento en lugares muy alejados e inaccesibles, sirviendo durante el inicio del siglo en muchas operaciones en Asia, por ejemplo. Aun así, la lucha entre grandes colosos en el aire sigue siendo protagonizada por cazas y grandes aviones de combate, en conflictos como los de Oriento Medio o Rusia y Ucrania.
El futuro de la aviación militar
Aunque la llegada de las aeronaves de ataque no tripuladas ha supuesto un paso de gigante para alejar a los soldados de la batalla, los ejércitos todavía no ven nada claro esa supuesta “guerra de robots” que tantas películas han anticipado en los últimos años. La fuerza humana seguirá siendo necesaria en los conflictos que se lleven a cabo en las próximas décadas, y prueba de ello es que los ejércitos están apoyando cada vez más a la propia aviación militar, las fuerzas aéreas, su sección encargada de librar esos combates en el aire. Se crean naves más ligeras, que escapan a los radares, pero cuyo poder destructivo es increíble, y se apuesta sobre todo por ataques concretos, pero devastadores, en pequeñas incursiones, más que por llevar enormes bombarderos al combate.