Cuando somos pequeños, muchos soñamos con ser futbolistas, cantantes, veterinarios, astronautas, bomberos… Pero pocos realmente quieren convertirse en pilotos. Eso viene más tarde, cuando ya hemos crecido un poco e imaginamos cómo debe ser la vida de esos hombres tan elegantes que son capaces de hacer volar una máquina de cientos de toneladas y realizar vuelos tan largos, estando siempre preparados para cualquier cosa que pueda pasar, y teniendo la responsabilidad de llevar tantas vidas con ellos. Ser piloto comercial es un trabajo espectacular, pero también muy complicado, bien pagado hasta cierto punto, pero muy competitivo, tal vez demasiado.
Por eso muchos de los que lo intentan se quedan a mitad de camino. También porque no resulta ni mucho menos sencillo conseguir la licencia de piloto, ya que se necesitan muchas horas de vuelo a la espalda, y eso también cuesta dinero… Es un cúmulo de obstáculos que, sin embargo, vale la pena superar para lograr la mayor meta de todas, poder pilotar una aeronave comercial y viajar por todo el mundo con aviones de carga, con vuelos comerciales de compañías diferentes, o tal vez incluso como piloto personal de alguna celebridad. Para ello hace falta recorrer un largo y tortuoso camino, así que hay que estar muy seguro.